La mayoría de los votantes bien informados perciben al
Partido Revolucionario Moderno como un PRD, pero sin la D., es decir una sigla
nueva para una organización producto de un desprendimiento.
La misma dirección política que tiene el PRM es la misma que
tenía la institución madre y casi con los mismos vicios que la hundieron.
El PRM necesita demostrarles a los votantes pensantes y no
pensantes que ellos constituyen realmente nuevo algo diferente del viejo PRD
desacreditado.
Hasta ahora, todavía no he visto una estrategia comunicacional
ni de captación de nuevos miembros de la sociedad que dé un nuevo posicionamiento
(reposicionamiento) a esa ¨nueva agrupación¨ como un producto político de ideas
diferentes e innovadoras que atraía al electorado nacional.
Lo primero que debe hacer el PRM es organizarse como
institución política, pues estructuralmente la entidad es muy débil y carece de
un liderazgo cohesionado y creíble en la mayoría de los lugares del país.
La dirigencia del PRM se percibe añeja. Los comités no están organizados Los frentes de masas
no existen en la gran mayoría de los casos y si hay algunos no funcionan. El PRM no siente en ningún municipio.
Lo peor de todo es que en lugar de pensar en fortalecer la
organización ya dirigentes que deberían estar de retiro en la carrera
presidencial insisten en boicotear el proceso de relevo generacional.
Si el PRM continua así veremos la reproducción de la amarga
realidad política actual.